jueves, 29 de septiembre de 2016

Actividad Bloque 1: Literatura infantil.

De verdad que no podía
Gabriela Keselman/Noemí Villamuza

- Introducción -


Escoger un libro para trabajar en el aula, no es tarea fácil. Y mucho menos lo es crear una biblioteca de aula con innumerables libros e historias. Sin embargo, aunque parezca una labor compleja, en realidad solo debemos ceñirnos a un sencillo esquema analítico. La importancia de este proceso reside en que si nuestra labor de selección es la adecuada, y con ambiente propicio en el aula, crearemos los cimientos que el amor por la literatura necesita para crecer en el interior de nuestros alumnos.


El libro que analizaré no es el que en un principio tenía pensado, al igual que muchas historias cambian cuando llegamos al desarrollo. Mi primera opción apareció cuando en una tarde me acerqué a la biblioteca más cercana, y entré en la sección juvenil. Lo primero que hice fue volver a las novelas que recordaba haber leído de pequeño, pero que ahora quedaban lejos, y fuera de lo que en ese momento buscaba. Libro a libro, minuto tras minuto, me topé con un libro que me llamó fuertemente la atención, tanto por su manejabilidad como por lo llamativa que resultaba su portada. El libro en cuestión se titula "La visita" de Margarita Del Mazo, y en el se trata el tema de los miedos nocturnos. Presentado el libro a la profesora, me propuso leer más libros relacionados, para comparar como los autores enfocan, desde distintas perspectivas, un mismo tema. Creo que esta oportunidad es muy valiosa, y la recomiendo para todos, el hecho de buscar cuentos que aborden los mismos temas, para contrastar percepciones de una misma realidad psicológica, como es este caso.


Leídos todos, me llamaron la atención dos obras en particular: "¡A mi no me comas!" de Margarita Del Mazo también, y "De verdad que no podía" de Gabriela Keselman. Los contenidos técnicos, sin entrar en profundidad, me parecieron muy similares, por lo que me decidí por la segunda obra basándome en un criterio que considero más interesante por la función lingüística.

- Autora e ilustradora -


Dice el refrán que hay conocer al autor para comprender su obra. Yo añado que cada obra encierra una pequeña gota de esencia de su autor. Por eso antes de adentrarnos en la obra, vamos a conocer de cerca a sus creadoras: la escritora Gabriela Keselman y la ilustradora Noemí Villamuza.


Gabriela Keselman
Gabriela Keselman nació en Buenos Aires, Argentina, y siendo adolescente se trasladó a Madrid, lo que hizo que adoptara la nacionalidad española. Eso la permite desarrollar su actividad profesional entre ambos países.


Fue docente y coordinadora de talleres de creatividad para niños, al igual que redactora en varias revistas especializadas. Algunos de los premios que la avalan son el Premio Nacional de Cataluña al mejor libro ilustrado con "El Regalo" (La Galera, 1996) junto con el ilustrador Pep Montserrat; y el Premio Destino Apel.les Mestres de literatura infantil por "¡Te lo he dicho 100 veces!" (Destino, 2006) junto a la ilustradora italiana Claudia Ranucci.



Noemí Villamuza
Noemí Villamuza nació en Palencia, y estudió Bellas Artes en la especialidad de Diseño Gráfico por la Universidad de Salamanca.


Comenzó su labor profesional como ilustradora de libros educativos, para después atreverse con la especialización en la ilustración de libros infantiles. Algunos de sus reconocimientos son el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de 1999, por el libro infantil ilustrado "Óscar y el león de Correos", de Vicente Muñoz (Anaya, 1998); y por haber quedado finalista en el Premio Nacional de Ilustración de 2002, por su participación en el libro que aquí analizamos.


- Breve resumen -



Este relato nos presenta a Marc, un niño que por la noche no puede dormir. Y va experimentando varios miedos, y su madre inventa soluciones para que se pueda dormir. Primero tenía miedo a que entrara un mosquito en su habitación, y su madre le hace un traje especial antimosquitos. Después tenía miedo a caerse de la cama, y su madre le da una cuerda. Pero Marc tiene miedo de que la Luna se derrita, y el mundo se quede a oscuras. Casi desesperado, le dice a su madre que tiene miedo  de todo. Su madre se esfuerza y hace de todo. Pero como Marc sigue teniendo miedo, ella decide quedarse con él en la cama. Y justo en ese momento, cuando la madre le pregunta qué puede hacer... Marc le contesta que luego se lo dice, porque se está durmiendo.

- Análisis de la obra -


Ficha bibliográfica.

Título: "De verdad que no podía"
Autora: Gabriela Keselman
Ilustradora: Noemí Villamuza
Editorial: KóKINOS
Fecha 1ª edición: 2001
Edad en la que me baso para realizar este análisis: 6 años.

- Formato -


Manejabilidad.
El libro es muy fácil y sencillo de uso para los niños. Las quince hojas de grandes dimensiones, unos 27 centímetros de ancho, casi lo mismo que un folio, y unos 24 de alto, hacen que sea muy accesible para los chicos. Recordemos por el manual de "Psicología del Desarrollo. El Ciclo Vital." (2006, p.308) del Dr. John Santrock que en esta edad, la psicomotricidad fina está más avanzada, porque se ha desarrollado la mielinización (aumento de las estructuras) del sistema nervioso central, lo que permite a un niño llevar a cabo acciones que requieren concentración mecánica fina, como abrocharse los cordones, abrochar un botón, o en el caso que nos trae, pasar páginas de papel. Además se trata de un libro que utiliza unas páginas de papel de espesor superior al normal (gramaje mayor que en el papel normal) y con brillo, no mate, lo que podemos traducirlo como una mayor durabilidad del material.

Atractivo de la portada.
La portada puede no resultar del todo atractiva, o sí. Dependerá mucho del niño en concreto. Aunque aparece Marc, el niño de la historia, resulta no ser un estereotipo de niño, puesto que es un niño con rasgos de color. Dependerá entonces, de si el niño ha superado la fase egocéntrica (confundir la realidad personal con la de los demás, y poder generalizar una realidad) que justamente coincide con este periodo del desarrollo del niño (Santrock, 2006, p.244).



Ilustraciones.
Las ilustraciones van estrechamente vinculadas al texto, y abandonan cualquier imagen típica que podríamos imaginar, porque buscan ser sencillas, pero a la vez transmiten un nivel de detalle que se podría haber omitido, y que enriquecen y refuerzan la acción. De esta manera se hace mucho más sencilla la comprensión del texto. Son imágenes a color que tienden a abarcar una hoja siempre, y parte de la otra, que aparecen junto al texto.


Tipografía.
Un aspecto de edición muy cuidado en esta obra, puesto que emplea un tipo de letra muy sencillo de usar, y recomendado por los editores y diseñadores gráficos, como es una familia de caracteres con serif (letras con serifa o también conocidas con remates o adornos). Recordemos que en papel, estas tipografías son más útiles, frente a las sans serif, que hacen más ligera la lectura en pantallas. El tamaño empleado es de entre 16 y 18 puntos, lo que se adecua al campo visual del niño. Además, para hacer más clarito, y ayudar en la lectura, se ha cuidado de no poner las letras sobre dibujos o fondos de colores, y si esto sucede, escoge colores de letras que se adapten al color que tienen detrás.

 - Contenidos -


Temas.
El tema principal son los miedos y temores nocturnos. Por esto podemos decir que es un libro adecuado a esta edad, puesto que a nivel cognitivo, nos encontramos que los niños están en una etapa de pensamiento intuitivo, donde experimentan terrores personales, como pueden ser los que se desarrollan por las noches, que juntados a la gran imaginativa, desarrollan ideas fantasiosas de grandes dimensiones.


Hablamos de cómo en el estadio de operaciones concretas (Santrock, 2006, p 317), que el niño está estrenando, supone empezar a relacionar hechos que tienen lugar en su imaginación, con asociaciones de la realidad (de ahí que sean operaciones, es decir, relaciones entre acciones). Esto quiere decir, que el niño puede tener miedo a caerse de la cama, porque ya ha tomado conciencia de que existe una diferencia física de alturas entre la cama y el suelo.


Pero también las operaciones concretas resultan ser reversibles. Esto quiere decir que para el niño, al igual que es capaz de imaginar una cuestión de conservación de materia en la que parte de una visión imaginaria para ver una solución real, es posible que aquello que tiene lugar en su imaginación, puede llegar a suceder de verdad.


Como temas secundarios encontramos el ambiente familiar, puesto que la familia nos transmite confianza, y elimina nuestros miedos. Y también aparece constantemente la creatividad, presentada por la madre de Marc, que recurre a ella para hacer desaparecer los miedos de Marc.

Estructura.
Estamos ante una obra con una estructura lineal (planteamiento, nudo y desenlace), lo que demuestra que es un texto adecuado para la edad de seis años, puesto que ya son capaces de abordar obras con argumentos completos de este tipo, que incluye algo de suspense sencillo. Además no aparecen acciones secundarias difíciles que podrían liar la comprensión de la historia. Simplemente cuenta lo que siente Marc, y su problema.

Personajes.
Protagonista.
El protagonista de esta historia, y con el que se identificarán, es Marc. Se identificarán con él porque ven a un niño de su misma edad, y con sus mismos problemas: durante el desarrollo cognitivo, aparecen los temores nocturnos. Lo que conocemos de él, su actitud, o mejor dicho, los hechos que lo definen son que es un chico que a la hora de dormir no puede, porque tiene distintos miedos, a los que no sabe dar una solución, por lo que necesita la intervención de un adulto, en este caso, su madre.


Podemos recordar que en el paso de los estadios del desarrollo cognitivo, de la fase preoperacional sigue apareciendo esa necesidad de mantener el vínculo con los adultos familiares o conocidos. Pero también toma connotaciones del estadio de operaciones concretas, anteriormente descritas, por lo que nos demuestra que la obra es adecuada a la edad, porque es justo en ese momento, justo cuando abandona el estadio preoperacional y empieza el de las operaciones concretas, descartando que pueda ser una obra para chicos más mayores, ya que aún conserva cosas del estadio anterior, y tampoco es un libro para niños más pequeños, porque ya tienen adquiridas capacidades del estadio nuevo.


Como personaje secundario tenemos a la madre. Es con seguridad a la persona que un niño mejor conoce, y con la que mejor se puede sentir, como niño que se siente identificado con Marc.

Valores y contravalores.
Nuestro protagonista no presenta ningún valor, sino que es su madre la que presenta los valores. En ella vemos la creatividad, la paciencia y el amor.
Marc, por el contrario, representa claramente el contravalor de la inseguridad, por el miedo nocturno.


He de decir que es complicado que un chico en clase vaya a identificar los valores que representa su madre. Porque para un niño de seis años es difícil pensar que si tiene paciencia, y se para a reflexionar y buscar una solución, solucionará el problema. No. El niño solo es capaz de identificarse con su igual, y lo que este representa.

Lenguaje.
El lenguaje que emplea la autora es adecuado a la edad, y que no presenta dificultades a nivel de vocabulario. Utiliza frases simples, de extensión media, que  suele estructurar mediante el uso de comas (,), y que sin ser subordinadas, en ocasiones el niño podría perder de vista el sujeto de la acción. Emplea mucho los díalogos entre la madre y el hijo, y sobre todo repite las estructuras de dichos diálogos: empieza con Marc llamando a su madre, y la dice "... tengo miedo de...", a lo que la madre responde con la solución, y la autora termina cada intervención de la madre con "Y se marchó".


El estilo es completamente desenfadado, ni de humor, ni serio. Algo intermedio, y sobre todo, muy relajado. Esto se consigue gracias a la labor de la madre, que transmite mediante las palabras, mucha paz y tranquilidad.


Aunque carezca de una función lingüística muy elaborada, cuida muchos los detalles de explicar bien cada palabra. Y en cuanto a muestras de figuras literarias encontramos poquitas, pero muy interesantes. Al principio encontramos unas frases que bien podrían hacer la labor de un poema:
"Marc quería dormir.
De verdad que quería.
Pero no podía dormir.
De verdad que no podía."
A partir de ahí pocas figuras más. Una hipérbole como es decir que si la Luna se derrite, el mundo se queda a oscuras.


El libro puede aportar esa visión de calma y de tranquilidad, por eso están poco desarrollados los contenidos poéticos o el vocabulario, para que transmita mayor lentitud a la acción, y de esta manera, relajar al niño.

Conclusión.
Un libro e historia muy interesantes a la hora de querer hacer frente al tema de los miedos nocturnos. Quizá sea un libro que, por su tamaño, no sea adecuado para leer en el aula, porque es un cuento demasiado corto para leer por ejemplo a lo largo de un trimestre, aunque si podría ser una historia interesante de tener en nuestra propia biblioteca de clase. Aunque cuidado con lo que los colegios faciliten del presupuesto a adquirir un libro como este para la biblioteca o el nivel adquisitivo de las familias, si quisieran tenerlo en sus bibliotecas personales, porque se trata de un libro que ronda los 12,50€, lo que no lo hace accesible a todo el mundo.  Recomendaría este libro a niños que pudieran tener pequeños episodios de terrores nocturnos, para trabajar el tema en familia.

- Bibliografía y webgrafía -


Santrock, J.W. (2006). Psicología del desarrollo. El Ciclo Vital. Décima Edición. España: Mc Graw Hill.

Elizabeth, "Recomendaciones, uso de tipografía" monografias.com Recuperado de http://www.monografias.com/trabajos96/recomendaciones-uso-tipografia/recomendaciones-uso-tipografia.shtml. Consultado el 29/09/2016.

Keselman, G, Conóceme. Recuperado de http://www.gabrielakeselman.com. Consultado el 28/09/2016.

Wikipedia. Gracia (tipografía). Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Gracia_(tipograf%C3%ADa). Consultado el 29/2016.

Wikipedia. Mielina. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Mielina. Consultado el 29/09/2016.

Wikipedia. Noemí Villamuza. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Noem%C3%AD_Villamuza. Consultado el 28/09/2016.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Una nueva enfermedad: el YO.

Una vez más está demostrado que seguimos siendo niños encerrados en cuerpos de adultos. Pero esta reflexión no está pensada para querer justificar la necesidad de volver a ser niños, sino más bien para recordar que hay regalos, como es el crecer, que se nos pierden por el camino.

Y digo que seguimos siendo niños porque constantemente aparecen episodios de egoísmo en nosotros. Recordemos que el egoísmo ya lo clasificó Piaget dentro del estadio preoperacional, y que esta característica del ser humano en concreto se desarrolla entre los dos y los cuatro años. Para los que anden perdidos refrescaré la definición que nos da Santrock (2006) sobre el egoísmo: "es la dificultad para distinguir entre una perspectiva propia y la de otros".

Por eso parece que nos hayamos quedado en la infancia, porque en lugar de superar esta etapa, e ir tomando conciencia de la visión que pueden tener los demás, de ir madurando, seguimos creyendo que la verdad absoluta es la que ven nuestros ojos. El problema que tenemos nosotros los adultos, no es que confundamos nuestra perspectiva con la de los demás, no. Nuestro verdadero problema es que no hacemos ni siquiera el esfuerzo por ver las diferencias de perspectivas. Hemos pasado a ser una sociedad habitada por seres tan altamente encerrados cada uno en si mismos, que se nos ha olvidado uno de los principios básicos del ser humano: somos un ser social.

Al igual que una semilla sabe por su propia naturaleza que necesita del entorno para desarrollarse, que no puede crecer sin lo que el medio le aporta, nosotros tenemos que recordar constantemente que nuestras vidas se rigen por las decisiones que tomamos, y que éstas afectan no sólo a nosotros mismos, sino también a los demás, y que casi siempre necesitamos de los demás incluso para poder llevar a cabo cualquier acción.

Abandonemos ese pensamiento de "primero yo, luego para mí, y si sobra, me lo quedo". No queraos "pisarnos" unos a otros. Escuchémonos. Ayudémonos. Construyamos un mundo, y eduquemos, desde el compartir, la empatía y la solidaridad. Descubriremos que la felicidad que conseguíamos antes... era fría. Y que la nueva felicidad es compartida, mucho más cálida y confortable para el corazón.

Porque una felicidad conjunta, multiplica la individual.

jueves, 22 de septiembre de 2016

El poema de Septiembre


Sólo me queda gritar.
Todo lo que pueda cantar,
ya lo cantó Dylan.
Todo lo que pueda decir,
ya lo dijo Dylan.
Sólo me queda gritar.



¿Piensas en mí al ver la luna llena?
Todos los caminos conducen al cielo.
Quizás porque este mundo es un infierno.
Eh, hombre de la pandereta,
toca una canción para mí,
y deja que la oiga con mi corazón.



Sólo me queda soñar.
Todo lo que puedo amar,
ya lo amó Dylan.
Todo lo que pueda pensar,
ya lo pensó Dylan.
Sólo me queda soñar.



¿Me echas de menos en la noche?
Déjame que te acaricie el alma,
y te cubra de sonrisas la piel.
Eh, hombre de la pandereta,
toca una canción para mí.
La llevaré conmigo hasta el fin.



Sólo me queda recordar.
Todo lo que pude ser,
ya lo fue antes Dylan.
Todo lo que quiero vivir,
ya lo vivió antes Dylan.
Sólo me queda recordar.



¿Alguien ha vuelto a hacerte sonreír?
Todos los holas del mundo,
acaban con un adiós.
Eh, hombre de la pandereta,
toca una canción para mí,
y la cantaré toda la eternidad.



Sólo me queda gritar.
Sólo me queda soñar.
Sólo me queda recordar.
Sólo me queda todo…

Jordi Sierra i Fabra
(adaptado)

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Componiendo educación ... Construyendo... Caminando.


A veces nos vemos invadidos por los agobios, que generalmente se producen por las cosas que están por llegar. Pero incluso a veces nos quedamos bloqueados por las cosas del pasado, y se nos olvida que eso, ya ha pasado. Y no va a cambiar. De ello podremos aprender, tanto si ha sido una experiencia mala como si ha sido buena.

Lo que no podemos hacer es quedarnos observando como si esa experiencia se hubiera detenido en una fotografía, y no nos diéramos cuenta que todo lo demás, la vida, sigue en movimiento.

Podemos sentir miedo, inseguridad, frustración. Mas no debemos tener miedo ni inseguridad a seguir hacia adelante. Poco a poco. Experiencia a experiencia. Paso a paso.

Sin agobios. Primero un pie. Y después... el otro pie. Porque la vida se construye así, haciendo camino. No sabemos por dónde iremos mañana. Pero dejándose hacer, la vida nos presenta experiencias, o personas, o en conjunto, enseñanzas tan valiosas como una perla que está por hacer, puesto que cuando las guardamos en nosotros mismos, y aprendemos de ellas, alcanzamos a tener un tesoro muy valioso.

Hubo alguien, hace algún tiempo..., en algún lugar... que nos hablaba de lo que pasa, y de lo que nos queda. Y que nos susurraba el secreto de construir la vida. Caminando.

Dejémonos sorprender.

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...


Antonio Machado
Poema "Cantares" (selección)

Primera entrada

Para la primera entrada procuramos escoger siempre contenido que nos es cercano y, de alguna manera, nos representa. Es la pequeña esencia de muestra de lo que va a ser.

Comienza una nueva aventura, que no deja de ser un reto, para dejar constancia a los que vengan detrás, o a los curiosos, de ideas, reflexiones, alguna "tareilla" que otra... Sobre todo, mucha, pero que mucha ilusión.

A través de este blog voy a intentar acercarme al mundo de esa maravillosa gente pequeña, y ver que puedo aprender de ellos. Las vivencias, sus necesidades, nuestras carencias como responsables en parte de su educación, darán lugar a contenidos de carácter reflexivo y pedagógico. Porque a veces necesitamos que alguien nos de un pequeño empujón para empezar a cuestionarnos si lo que hacemos está bien, si es suficiente, si estamos enfocando las cosas desde el punto de vista correcto, o si nos hemos acomodado y nos conformamos con lo que tenemos.

A mi me encanta pensar que, al fin y al cabo, la educación es cuestión de magia. Y los niños son los mejores magos y brujas, llenos de imaginación e ilusión.

Hablando de magia y brujas... ¿por qué no les dedicamos un poema tan genial de la poetisa Gloria Fuertes?


Como se dibuja una bruja

¿Como se dibuja una bruja?
Una escoba, lo primero
- sin escoba no hay bruja;
sin tinta, no hay tintero - .

Va muy vestida de blanco,
no va vestida de negro,
lleva una radio de pilas,
una pluma y un plumero.

¡Bruja blanca!
no asusta ni da la lata,
porque es guapa, rubia y chata.

¡Bruja blanca!
lleva el pelo muy cortado,
muy rubito y muy rizado.

¡Bruja blanca!
No es bizca - dulce mirada -,
es un cruce de bruja y hada.

¡Bruja blanca!
solo usa sus poderes
para que hagáis los "deberes".
Solo usa sus talentos
para poneros contentos.

Viste pantalón vaquero
y en el palo de su escoba
hay un letrero:
"bruja blanca soy en vuelo.
A quien me quiera, le quiero".
(GLORIA FUERTES)

Aquí os dejo un enlace a una versión que interpretó el coro ANTARA KORAI de Alcorcón, con música de Martín Rodríguez Peris.