lunes, 26 de diciembre de 2016

Gracias.

Dejo por aquí la carta de despedida que hice a los profesores de mi colegio de prácticas, el otro día en la despedida.


Madrid, 22 de diciembre de 2016.

Gracias.

Gracias por las mejores ocho semanas que nunca habría imaginado, que me enseñarían y me cambiarían tanto.

Gracias por todo.

Llegar a este colegio no fue fácil para mí, después de una accidentada asignación de plazas. Pero al final las cosas ocurren por algo. Y estoy seguro que Alguien, desde ahí arriba, con mucho mimo y mucho acierto, quiso, por mediación de mi tutora en la universidad, que llegara a este colegio.

Seguro que muchos recordáis vuestra etapa de prácticas. Yo sin duda no olvidaré estas que he vivido con vosotros.

Y es que para mí han sido tan especiales por una sencilla razón: soy una persona que he descubierto mi vocación por la educación y el servicio de manera tardía.

Pero claro, muchas veces nos encontramos en la vida con personas enormemente vocacionadas, pero que no pueden hacer frente a sus sueños. Y también encontraremos personas con capacidad de obtener cualquier cosa que se propongan, pero que no saben cual es su verdadera vocación.

Y así estaba yo. Decidido por una vocación como esta, pero sin la certeza de saberme capaz de desempeñar una labor con tanta responsabilidad. Y el hecho de estar aquí me ha servido para encontrarme a mí mismo, como una persona con vocación, y capacidad.

Por eso, de nuevo, gracias.

Gracias a Elsa, a Fran, a Pilar, a Patricia.

A Elena, que me echó una mano en un momento de necesidad.

A Arturo, por los detalles que me ha enseñado en educa.

A Ana Abadía y Ana Grijuela.

A Laura, por su ayuda frente a mi primer examen como futuro profesor y las clases de ciencias durante la semana en la que Andrés se tuvo que ausentar.

A Almudena y Olga,porque son la dulzura hecha maestras.

A Mercedes, por ser un ejemplo de vocación y entrega.

A Olimpia, por las charlas trascendentes que hemos tenido, y haberse mostrado tan cercana conmigo.

A Mario, por haber sido quizá el segundo ejemplo a seguir que haya tenido en este tiempo, y por no haberme dejado ganar al Risk, porque así es como se aprende a querer superarse.

A Paloma, porque reencontrarse con un rostro conocido, y con quien compartí una de las experiencias más importantes de mi vida, hace sentirse a uno mismo más seguro, como el que sabe que llega a una lugar donde le van a cuidar. Y por su ayuda constante estas semanas.

A Laura y a Susana, profes de ALEPH, por ser un ejemplo de verdadera vocación, entrega y amor.

Y gracias a Iván, porque desde en minuto uno me acogió en el colegio de una manera increíble, y porque por su decisión de asignarme al tutor que he tenido, es posiblemente la clave de que hoy me sienta como me siento, y haya disfrutado todo lo que he disfrutado.

Gracias también a los chicos y chicas. Aunque no estén aquí, ellos son los que más me han enseñado, y por los que estoy aquí, con unas ideas completamente renovadas, y una mente muchísimo más abierta.

Pero si hay una persona a la que deba dar las gracias con mayúsculas es a Andrés, quien en todo momento me ha enseñado aquello que no se nos enseña en la universidad, que después de esta experiencia, puede decir que es prácticamente todo. Gracia Andrés. Porque has confiado siempre en mi, en lo que pedía o preguntaba. Porque pese al pequeño contratiempo que tuviste, y del cual espero que termines de recuperarte pronto, no me abandonaste ni un solo momento. Han sido muchas frases, muchas risas, muchas explicaciones, muchas miradas cómplices, las que hemos tenido, y que al final me han hecho sentir que he sido yo mismo todo el tiempo. Y que no olvidaré estos días nunca.

Ahora mismo tengo un nudo en la garganta ya, porque no encuentro ninguna manera concreta para expresar lo agradecido que estoy por el trato que me habéis dado todos este tiempo. Si me preguntan por las practicas, y tuviera que resumir mi experiencia en una palabra, elegiría gratitud. Puede que estas palabras no vinieran a cuenta, o que no tendría que decir nada… Pero no quería irme sin expresar mi más sincero agradecimiento.

He descubierto una casa, esta casa, con una familia, vosotros, que me habéis acogido mejor de lo que merezco o de lo que habría imaginado, durante unos días. Y sin preguntar quien era. 

Espero que hoy, por mucho que me duela salir por la puerta del colegio, lo haga como todos estos días: con una sonrisa en la cara, y la cabeza pensando en que volveré.

1 comentario: